PENSAMIENTO ECONÓMICO
|
Los primeros autores que se enfrentan a los hechos
económicos los observan desde una óptica ética o moral. Hay una base común a
todos los comentarios de Aristóteles, de los tratadistas romanos, de los
escolásticos. Tratan de juzgar moralmente cuestiones tales como el tipo
de interés, el justiprecio o las relaciones laborales amo-esclavo. Ese enfoque
se mantiene durante toda la Edad Media.
En el siglo XV se produce un salto epistemológico
con el surgimiento del mercantilismo. No se trata ya de juzgar
moralmente sino de recomendar a los gobernantes medidas políticas que
enriquezcan al país. La economía mundial es vista como un juego de suma cero en
el que el enriquecimiento de uno implica necesariamente el empobrecimiento de
otro. Se trata de robustecer la producción interior y de debilitar el
proteccionismo de los demás países. Aconsejan la acumulación de metales
nobles (Bullonismo) y estudian el dinero, al que por primera vez
consideran como una mercancía más cuyo valor viene dado por su escasez o
abundancia relativa. Surge así la teoría cuantitativista del dinero en la que
son pioneros los autores de la Escuela de Salamanca: Martín de Azpilicueta (1493-1586) y Tomás de Mercado (?-1575).
A mediados del s. XVIII un grupo de intelectuales
franceses dirigidos por F. Quesnay, proponen por primera vez un
esquema coherente del funcionamiento del sistema económico, el tableau
economique. Estos fisiócratas consideran que la riqueza
circula entre tres grupos sociales: la clase productiva (los agricultores), la
clase estéril (los artesanos y comerciantes) y los propietarios (la nobleza, el
clero y los funcionarios). El Estado debe mantener este Orden Natural
mediante tres reglas: el derecho a la propiedad, la libertad económica (el laissez
faire, laissez passer) y la seguridad en el disfrute de esos derechos y
libertades.
La publicación del libro "La Riqueza de las
Naciones" de Adam Smith en 1776, es considerado el
origen de la Economía como ciencia. Los clásicos escribieron en una
época en la que la industria estaba conociendo un desarrollo sin precedentes.
Su preocupación principal fue el crecimiento económico y temas relacionados
como la distribución, el valor, el comercio internacional, etc. Uno de sus
objetivos principales fue la denuncia de las ideas mercantilistas restrictivas
de la libre competencia que estaban aún muy extendidas en su época. Para Adam
Smith, el Estado debía abstenerse de intervenir en la economía ya que si los
hombres actuaban libremente en la búsqueda de su propio interés, había una mano
invisible que convertía sus esfuerzos en beneficios para todos.
Adam Smith tuvo muchos seguidores que componen la
llamada escuela clásica. Fue en la época de los clásicos que la economía
recibió el calificativo de ciencia lúgubre. Malthus, estudiando la población y Ricardo, estudiando las rentas, llegaron
a conclusiones muy pesimistas. Consideraban que la fase de crecimiento acabaría
en un Estado estacionario en el que los trabajadores recibirían como salario la
cantidad estrictamente necesaria para su subsistencia.
ESTAS FUERON SUS PALABRAS
Para la
prosperidad general, no puede considerarse nunca excesiva la facilidad que se
de a la circulación e intercambio de toda clase de propiedad, ya que es por
ese medio que el capital de toda clase tiene la posibilidad de encontrar el
camino hacia las manos de aquellos que mejor lo emplearán en aumentar el
producto del país.
David Ricardo, Principles
of Political Economy and Taxation
|
Los clásicos tratan de entender porqué los
diamantes tienen un precio superior al agua a pesar de que ésta es mucho más
útil para la vida del hombre. Distinguen por tanto entre valor de uso y valor
de cambio. Estos conceptos serán la base teórica utilizada en El Capital de
Karl Marx.
ESTAS
FUERON SUS PALABRAS
Las condiciones de producción y cambio de la
burguesía, el régimen burgués de la propiedad, la moderna sociedad burguesa,
que ha sabido hacer brotar como por encanto tan fabulosos medios de
producción y transporte, recuerda al brujo impotente para dominar los
espíritus subterráneos que conjuró. Desde hace varias décadas la historia de
la industria y el comercio no es más que la historia de las modernas fuerzas
productivas que se rebelan contra el régimen vigente de producción, contra el
régimen de propiedad donde residen las condiciones de vida y de predominio
político de la burguesía. Basta mencionar las crisis comerciales, cuya
periódica reiteración supone un peligro cada vez mayor para la existencia de
la sociedad burguesa toda. Las crisis comerciales, además de destruir una
gran parte de los productos elaborados, aniquilan una parte considerable de
las fuerzas productivas existentes. (..) Las fuerzas productivas de que
dispone no sirven ya para fomentar el régimen burgués de la propiedad; son ya
demasiado poderosas para servir a este régimen, que embaraza su desarrollo. Y
tan pronto como logran vencer este obstáculo, siembran el desorden en la
sociedad burguesa, amenazan dar al traste con el régimen burgués de la
propiedad. (..) Y la burguesía no sólo forja las armas que han de darle la
muerte sino que, además, pone en pie a los hombres llamados a manejarlas:
estos hombres son los obreros, los proletarios.
|
Karl Marx, discípulo de Ricardo, vive la
primera gran crisis del capitalismo industrial en la década de 1830 y la
consecuente crisis política de 1848. Tiene por tanto que dar una explicación de
esas convulsiones. La teoría que elabora predice la evolución socioeconómica
futura e invita a los trabajadores a participar activamente acelerando la
transformación del sistema.
Partiendo de la teoría ricardiana del
valor-trabajo, deduce que el salario percibido por los trabajadores es
exactamente el coste de producirlo. La plusvalía es la diferencia entre
el valor de las mercancías producidas y el valor de la fuerza de trabajo que se
haya utilizado. Las relaciones de producción en el sistema capitalista y
la superestructura jurídica que emana de ellas determinan que la
plusvalía sea apropiada por la clase burguesa, los propietarios de los medios
de producción.
Las fuerzas del sistema empujan a la clase
dominante a una continua acumulación de capital lo que provoca la disminución
de la tasa de beneficios a la vez que la concentración del capital
en muy pocas manos. La progresiva mecanización crea un permanente ejército
industrial de reserva que mantiene los salarios al borde de la
depauperación. La contradicción entre la concentración de capital en pocas
manos y la organización por la industria de masivas estructuras disciplinadas
de trabajadores provocará necesariamente el estallido de la revolución social y
la "expropiación de los expropiadores".
Pero la corriente principal que emanó de los
clásicos fue el marginalismo también llamado neoclasicismo. A
partir de la década de 1870 tres grandes economistas inician esta corriente: Carl Menger, en Viena, en torno al cual se
forma la Escuela Austriaca; Leon Walras, creador de la Escuela de
Lausana; y William Stanley Jevons. Sus aportaciones incluyen los
conceptos de coste de oportunidad, coste marginal, la utilidad marginal y equilibrio
general que siguen siendo hoy el cuerpo principal de los manuales de economía.
Son las conductas de los productores y los consumidores tratando de maximizar
sus beneficios y su utilidad las que conducen a una situación de equilibrio
general. Son los neoclásicos los que explican satisfactoriamente el problema
del precio de los diamantes y el agua. El precio de todas las cosas es un
resultado del equilibrio entre su oferta y su demanda. La primera gran síntesis
de la cienca económica, englobando las doctrinas de los clásicos con la de las
diferentes escuelas marginalistas, la realiza A. Marshall cuyo libro Principios de
Economía fue el primer manual moderno de Economía.
La Escuela Austriaca, que había sido fundada por Menger, se ha mantenido durante todo el
siglo XX en su tradición metodológica, fuertemente crítica con todos los
paradigmas dominantes. Desde la concesión del Premio Nobel de Economía en 1974
a F.A. von Hayek, uno de sus más destacados
líderes, está conociendo un rejuvenecimiento y expansión de su influencia y
prestigio.
En la década de los años treinta
los países de occidente sufrieron la más grave crisis económica conocida hasta
la fecha: la Gran Depresión. El marginalismo no estaba capacitado para
explicar ese fenómeno. En 1936 J.M. Keynes publica su "Teoría
General de la Ocupación, el Interés y el Dinero", el libro que, sin
duda alguna, ha influido de forma más profunda en la forma de vida de las
sociedades industriales tras la segunda Guerra Mundial. Las decisiones de ahorro
las toman unos individuos en función de sus ingresos mientras que las
decisiones de inversión las toman los empresarios en función de sus
expectativas. No hay ninguna razón por la que ahorro e inversión deban
coincidir. Cuando las expectativas de los empresarios son favorables, grandes
volúmenes de inversión provocan una fase expansiva. Cuando las expectativas son
desfavorables la contracción de la demanda puede provocar una depresión. El
Estado puede impedir la caída de la demanda aumentando sus propios
gastos.
Atendiendo a las propuestas keynesianas, los
gobiernos de los países industriales iniciaron una activa política de
intervención aumentando progresivamente sus gastos y el peso del sector
público. El keynesianismo fue adoptado como paradigma dominante en todas las
universidades occidentales. Esta vez es Paul Samuelson el que realiza la síntesis
teórica entre las diversas corrientes dando lugar al neokeynesianismo
como una fusión de la teoría neoclásica con la keynesiana. Algunos economistas,
los llamados postkeynesianos, consideran sin embargo que las ideas de
Keynes fueron excesivamente deformadas por esa fusión y por los vulgarizadores
y que en su forma original aún tienen mucho que aportar para comprender el
funcionamiento de la economía.
Durante los años cincuenta y sesenta del siglo
veinte, sólo un pequeño grupo, los monetaristas nucleados en la llamada Escuela
de Chicago bajo el liderazgo de Milton Friedman, mantuvieron un espíritu crítico,
condenando la discrecionalidad en la política económica, el excesivo peso del
Estado, y proponiendo alternativas basadas en las más tradicionales medidas de
tipo monetario. La crisis económica de los años setenta al presentar
simultáneamente inflación y paro, algo inexplicable para los esquemas
keynesianos, les dio la razón en muchas cuestiones. De esta escuela surgen las
corrientes neoliberales que dominaron la ciencia económica durante los
años setenta y ochenta.
A finales del siglo diecinueve y principios del
veinte un grupo de economistas americanos desarrollan un método de análisis de
la realidad social que se conoció como la escuela institucionalista. Destacan estos autores el papel
que tienen en el sistema económico los hábitos de conducta y de pensamiento de
la comunidad que quedan plasmados en las instituciones sociales. Las críticas
de T. Veblen de las conductas típicas del
capitalismo están revestidas de un acerbo y divertido sarcasmo. Aunque durante
mucho tiempo se consideró que era una corriente de pensamiento
"extinguida", su influencia siguió presente en mayor o menor medida
en un gran número de economistas contemporáneos.
Durante la segunda mitad del siglo veinte surgieron
algunas corrientes de la teoría económica que analizaban campos aparentemente
dispersos y muy específicos: el Análisis Económico del Derecho, la Elección
Pública, la nueva teoría de la empresa y los contratos, la teoría de los costes
de transacción y la economía de la información, entre otras. En la actualidad
se acepta que todas estas corrientes forman parte en realidad de un programa de
investigación que se conoce como neoinstitucionalismo.
PENSAMIENTO GRIEGO Y ROMANO:
Del
sentido que en su origen tenía el término economía en la lengua griega
(administración de la casa, gestión de un patrimonio) se han derivado numerosos
significados, en apariencia diferentes, pero todos concomitantes. Con
frecuencia se habla de economía política: el empleo de esta expresión se deriva
por tradición de los primeros tratadistas, que se propusieron estudiar el arte
de la buena administración del Estado, cuyo antecedente está en la antigua
polis o ciudad.
Mucho
tiempo antes de que la economía se convirtiese en una verdadera ciencia y
encontrase un nombre, en el mundo antiguo y en la Edad Media la atención de los pensadores y
a había sido atraída por algún fenómeno económico (como la moneda, el comercio,
la población)
Los
filósofos, como Aristóteles o Platón, se preocupaban sobre todo de la política
y solo indirectamente de la economía, en cuyo campo se limitaban a
enunciaciones abstractas. Un milenio después se reemprendió, en la baja Edad
Media, la investigación económica de carácter fragmentario, cuando la aparición
de los ayuntamientos y el desarrollo del artesanado determinaron el
reflorecimiento de la vida económica, al tiempo que las Cruzadas y las ferias
de la Champagne facilitaban la continuación de los cambios y la reaparición de
la moneda.
GRECIA: PRIMEROS
PENSAMIENTOS ECONÓMICOS
El
pueblo griego era un pueblo de emigrantes y fundadores de colonias. Las
colonias las creaban grupos de emigrantes procedentes de la misma polis, a la
que llamaban metrópoli. Las primeras colonias griegas basaron su riqueza en la
agricultura; más adelante su economía se enriqueció con las actividades
comerciales. Los griegos crearon una vasta red marítima de relaciones
comerciales.
El
destino de los emigrantes se vio en parte determinado por la existencia, ya
desde el siglo VIII a.C. de corrientes comerciales en busca de materias primas
que escaseaban en Grecia (cereales, metales, madera) El transporte de productos
para su comercialización se realizaba en ánforas, recipientes de terracota con
2 asas usadas desde el II milenio a.C. hasta el final del mundo antiguo. En
ellas se transportaba vino, cereales, pescado, frutas secas, miel y aceitunas
entre otros productos, variando su capacidad entre 3 o 4 litros las más
pequeñas y 30 litros las más grandes. Las ánforas eran de gran utilidad sobre
todo para el transporte marítimo, pues permitían un fácil almacenaje, siendo su
uso más difícil para el transporte terrestre.
·
Evolución
de la Polis: La polis era la unidad política y económica de la ciudad griega.
Englobaba la ciudad y su espacio agrícola y, si era costera, portuaria. En el
siglo VI a.C. este modelo de Polis experimentó una crisis debido a causas
económicas, comerciales y militares. Aparecieron así las tiranías oligárquicas
y la democracia o poder del pueblo.
ROMA: PRIMEROS PENSAMIENTOS
ECONÓMICOS
La
expansión de los griegos por el mar influyó en la cultura de los territorios
ribereños; un o de estos fue el centro de Italia, que si bien no fue nunca
dominio de las polis griegas, sí entró en un ámbito comercial. Las ciudades
eran los centros económicos y administrativos de la civilización romana. En los
primeros siglos del imperio (I a III d.C.) el florecimiento del comercio hizo
aparecer una clase burguesa que se beneficiaba de los derechos propios de la
ciudadanía romana.
Entre
los siglos II a I a.C. se produjo un gran auge comercial que benefició sobre
todo a la Italia romana, la cual comienza a vender sus productos a todo el
Mediterráneo, principalmente el occidental, agotándose sin embargo este auge en
la época augusta.
Este
tipo de comercio era fundamentalmente marítimo y fluvial, y estaba encaminado a
la adquisición de bienes necesitados por Roma. Así, por ejemplo, el vino
exportado a la Galia a finales del período republicano se cambiaba por esclavos
y metales, hecho que vincula el aumento del comercio en Italia con la llegada
de esclavos. El vino, el aceite, las salsas y las salazones de pescado,
transportadas en las ánforas, forman parte de los productos más
comercializados. Para completar la carga de los buques comerciales o en los
viajes de retorno se embarcan otros productos como tejas, ladrillos, placas
decorativas de terracota y molinos de piedra volcánica, productos, estos dos
últimos, que no eran objeto de un comercio regular a larga distancia.
El
mundo agrícola romano estaba basado en unidades de explotación conocidas con el
nombre de villae. Se propagó un tipo de agricultura extensiva, sobre todo de
vid y de olivo, destinada a producir excedentes para su comercialización. Para
ello se reordenó al territorio mediante nuevas parcelaciones (la centuriación),
modificando el paisaje de tal forma que todavía perdura en algunos lugares.
ECONOMÍA
EN LA EDAD MEDIA
Se
formó entre los siglos VIII y XI un sistema económico y político característico
denominado feudalismo. Tras diversos procesos se produce una descentralización
de la autoridad, hasta el punto de que se circunscribe a pequeñas comarcas y a
una economía en que la tierra y sus productos son el principal sostén
económico.
A
finales del siglo XII, a los tres estamentos (religioso, militar y laboral) se
une uno nuevo: la burguesía. Aunque la nobleza sigue reteniendo el poder
político y la economía sigue estando basada en la agricultura, los burgueses o
habitantes de las ciudades adquieren un creciente protagonismo.
Las
ciudades, emplazadas en rutas fluviales, marítimas y terrestres, centralizan el
comercio y, poco a poco, van independizándose y adquiriendo autonomía política.
Se produce entonces un movimiento migratorio del campo a la ciudad, que acoge
el excedente demográfico rural. La aceleración de este proceso supone la
decadencia del vasallaje, la racionalización de las labores agrícolas y
ganaderas y una mayor circulación de la riqueza.
Además
del comercio entre la ciudad y el campo, una vez desaparecido el peligro de las
incursiones normadas crece el comercio internacional, favorecido por las
cruzadas y la creación de importantes núcleos de expansión, como la Hansa
germánica y la corona de Argón.
Las
cruzadas (1099 - 1270) abren a las ciudades mediterráneas las puertas del
comercio con Oriente. El auge del comercio favorece el uso de la moneda, de
poca circulación en la alta Edad Media. Poco a poco nace la banca, la usura y
el préstamo dejan paso al sistema de crédito y aparecen organismos reguladores
de la actividad mercantil (las lonjas).
BIBLIOGRAFÍA
·
Enciclopedia
Temática Ilustrada “Didacta”, Tomo Historia, Editorial Grupo Libro. Pág. 75-82,
89, 99, 228, 245, 258.
·
Enciclopedia
Monitor Salvat, Editorial Salvat, Pág. 2140, 2141.
Los aportes de los griegos y los escolásticos
Para empezar debemos entender el entorno en que se desarrollaron estas ideas era muy diferente al de hoy en día, las sociedades se caracterizaban por ser principalmente agrícolas, donde se presentaban intercambios de productos pero en una escala muy baja ya que la producción de las familias era para el autoconsumo, este periodo abarca desde 800 AC. al año 1.500 DC. Durante estos 2300 años los avances fueron pocos y se caracterizó por los estudios no sistemáticos de la economía.
La
economía de ese entonces no estaba sujeta a la dependencia mercantil para la
producción ni para el consumo ya que la característica de la autosuficiencia de
las familias hacia que los mercados resultaran intrascendentes, por otro lado
la autoridad era la principal directriz para la asignación de los recursos, y
de hecho los primeros pensadores carecían de una visión clara del significado
de la escasez. Así empezaron los primeros pasos hacia el análisis de la
economía.
Los
primeros pensadores se centraban en los mecanismos de distribución de ese
entonces y su reflejo en la calidad y justicia de vida de las personas. Podemos
reconocer dos temas que eran los que más tiempo ocuparon a los pioneros.
a)
estos pensadores estaban preocupados por el nivel correcto de investigación
para el apropiado análisis de la sociedad, es decir, no estaban de acuerdo con
la separación de los temas de estudio respecto a las actividades que se desarrollaran,
o pudo ser que ni siquiera entendieran la posibilidad de la separación de
dichos temas como por ejemplo: la economía en el caso que nos ocupa era parte
de la filosofía misma. b) el énfasis de las disertaciones estaba dirigido a los
asuntos filosóficos más profundos, como la imparcialidad, la justicia, la
equidad todos con una mirada crítica de los precios y de las actividades de
intercambio.
Los
griegos fueron los primeros en intentar descubrir las intimidades del
funcionamiento de la economía, representados por filósofos como Hesiodo,
Jenofonte, Platón y Aristóteles, fue gracias al primero que se inicia esta gran
carrera ya que Hesiodo encontraba muy obvio que la escasez no correspondía a la
interacción de los deseos de las personas y la existencia de recursos sino que
daba por hecho que este era un maleficio desatado sobre la humanidad gracias a
la irresponsable apertura del cofre de Pandora; Esto nos da a entender la poca
conciencia que del mercado tenían estos escritores, el cómo muchos otros de los
filósofos griegos era de origen y de estilo de vida campesino, y por tanto se
interesaban por los problemas de la eficiencia entendida esta como el
rendimiento que pueda lograrse de los insumos para que resultara la mayor
cantidad de producto. Y ya que eran sociedades de autoconsumo familiar no se
interesaban por los agregados como la eficiencia de la sociedad.
Jenofonte
por su parte retoma el concepto mismo de economía en su libro OECONOMICUS que
trata sobre la administración de eficiente a nivel del productor y/o de la
familia pero lo aplica estadios más complejos como la milicia y la
administración pública, así mismo llega a aceptar que la eficiencia mejora con
el grado de división del trabajo que exista en la actividad.
Antes
que Aristóteles hiciera su aparición, pensadores como Demócrito y Platón se
habían pronunciado sobre la propiedad privada y su importancia en la sociedad.
El primero ensalzó las ventajas de esta ya que propendía al desarrollo y
facilitaba el progreso, por su parte Platón considero que dentro de su sociedad
ideal , los militares y los filósofos deberían excluirse de la posesión privada
ya que esto acarreaba problemas que distraían su atención de las ocupaciones
principales; en su lugar el concebía la propiedad comunal como la solución para
estos grupos.
Finalmente
llegamos al pensamiento aristotélico, este abogaba por la no-limitación de la
propiedad privada lo cual podía mal interpretarse como un choque de
inconsistencia con su doctrina de que la búsqueda de ganancias económica era
innatural. Para comprender mejor los argumentos debemos regresar a la discusión
moral del uso del dinero en el intercambio en lugar del trueque directo entre productores;
este discurso partía de la diferenciación entre la necesidad y el deseo de los
agentes; es decir, que se entendía que las necesidades eran moderadas no así
los deseos que eran ilimitados, de tal manera que lo natural era producir
bienes para cubrir necesidades mas no los deseos. Sin embargo, esta interesante
propuesta se encontró con un difícil obstáculo, en el mercado no es sencillo
distinguir los intereses en el momento del intercambio o transacción. Para
dilucidar el conflicto Aristóteles llego a una solución. El trueque reflejaba
el cubrimiento de necesidades sin incurrir en ganancia económica, pero si se
hacia con dinero entonces se podía entender que su objetivo era la ganancia
pecuniaria.
Por
otra parte consideró que la escasez era un problema que podía tener solución si
se llegaba a la utopía de disminuir el consumo gracias al cambio de la actitud
humana.
Cerca del año 1.300 el pensamiento había dado algunos pasos hacia delante con las importantes contribuciones de los llamados Escolásticos que en cabeza de Santo Tomás de Aquino habían asimilado la fundamentación feudal en sus escritos. Este periodo abarca desde la caída de Roma hasta la aparición de la escuela Mercantilista alrededor del año 1.600.
Cerca del año 1.300 el pensamiento había dado algunos pasos hacia delante con las importantes contribuciones de los llamados Escolásticos que en cabeza de Santo Tomás de Aquino habían asimilado la fundamentación feudal en sus escritos. Este periodo abarca desde la caída de Roma hasta la aparición de la escuela Mercantilista alrededor del año 1.600.
La
economía feudal se caracterizó principalmente por sus rasgos agrícolas de
subsistencia donde la tradición, las costumbres, y la autoridad eran los
rectores de las actividades sociales y económicas de hecho había una cuádruple
división de grupos: los ciervos, los terratenientes, la realeza y el clero.
En
este orden de ideas la propiedad de la tierra estaba dada a la iglesia y al rey
así que este la asignaba a los señores los cuales debían una obligación a la
corona por su uso; claro que la relación contractual no era como la
plantearíamos hoy en día, sino que se heredaba de padre a hijo por tradición
los bienes, servicios, y obligaciones.
Así
mismo la relación entre siervos y el señor feudal se caracterizaba por un
intercambio donde el señor permitía al siervo el uso de la tierra a cambio de
un tributo ( en especie o metal ) y se asumía que el siervo estaría bajo la
protección del noble.
Esto
hizo que cada feudo se comportara como una unidad económica y política
independiente salvo su relación de devoción a la corona.
Por
su parte la iglesia era el mayor terrateniente y de hecho gracias a la
formación del clero esta era la tierra mejor administrada. El derecho divino de
propiedad recaía sobre el rey lo que generaba automáticamente el choque entre
la autoridad y los derechos de los siervos y nobles. Es aquí donde la iglesia y
su doctrina juegan un papel vital para mantener el equilibrio ya que se
evangelizaba enseñando que el revelarse contra esa autoridad ponía en peligro
la salvación del alma y que la entrada al reino de Dios estaba dada solo para los
conformes. Lógicamente esta enajenación provocó que los bienes, el capita, y el
trabajo no fueran considerados en el mercado. Pero había de llegar el fin del
feudalismo a manos del progreso técnico el cual redujo la necesidad de la mano
de obra y la fuerza humana.
Los
Escolásticos eran monjes que se dedicaron a escribir reglamentaciones al
comportamiento económico que fueran coherentes con las doctrinas religiosas.
Como ya lo mencionamos el principal escolástico fue Santo Tomas de Aquino quien
al igual que los demás centro sus esfuerzos en la discusión de la propiedad
privada y en la discusión de los conceptos del precio justo y la usura; Aquí
habrá de mencionarse la gran influencia del pensamiento Aristotélico, pero mas
que nada es interesante ver como se inicia una carrera por reconciliar las
doctrinas de la religión con los cada vez mas acelerados adelantos y
transformaciones socioeconómicas de la época.
Aquino
se encuentra con el gran trabajo de ajustar los textos bíblicos a la enseñanza
de Aristóteles, ya que estos condenan la propiedad privada, la riqueza y como
no la ganancia económica, dado que la propiedad comunal era el estilo de vida
de Jesús y sus apóstoles, lo cual respaldaba la idea de la ley natural; fue
entonces cuando Santo Tomas argumento que la propiedad privada no es contraria
a la ley natural, aunando bajo los supuestos de esta toda propiedad es de
carácter comunal y bien encaro el dilema diciendo que la propiedad privada era
un añadido como la ropa al desnudo y que por tanto se inclinaba por el bien del
hombre.
Desaprobó
la regulación de la propiedad por parte del estado y acepto que podía haber una
división desigual de la distribución pero por otra parte abogaba por el
profundo compromiso religioso de la iglesia, el cual necesitaba de mucha
dedicación, por lo cual lo ideal para el clero era seguir las ideas de Platón
respecto a la propiedad comunal.
En
lo correspondiente al precio de los bienes los aspectos éticos como la justicia
y la equidad eran los ejes de la discusión más que los aspectos monetarios que
hoy evaluamos.
Al
igual que Aristóteles Santo Tomas asumía la diferencia entre necesidad y deseo
como un punto de partida. Sin embargo trato de suavizar los conceptos que se
tenían sobre el dinero, ya que decía que cuando el intercambio se realiza en el
mercado para satisfacer necesidades esto no era motivo para involucrar
elementos éticos. Pero cuando expresamente se producía para el mercado
anticipando la utilidad, solo se era virtuoso si los motivos para esto eran
caritativos y los precios a los que se realizaban eran justos. Ahora bien, el
precio justo según él estaba caracterizado por ser el que cubría los costos del
trabajo pero también puede ser interpretado como el equivalente en términos de
utilidad o en términos de costo total de la producción.
Esta
concepción está estrechamente ligada a la defensa del status social existente
ya que los intereses de la jerarquía feudal no podían aceptar que por medio del
mercado hubiese un ascenso de los siervos, es decir, que ésta evaluación del
precio justo mantenía el conjunto de fuerzas económicas y sociales como
estaban, ya que no permitía la acumulación misma de capital fruto de la
ganancia gracias a la actividad económica, sin embargo esta visión no puede
considerarse una teoría de los precios.
Esta
postura de los Escolásticos trajo consigo numerosos choques entre la iglesia y
los negociantes, sobre todo cuando el tema era la usura, como consecuencia de
la consideración Escolástica de que cualquier interés como carga utilitaria era
perjuiciosa, tal como Aristóteles lo habría planteado al asumir que la ganancia
por préstamo no era natural porque según él, el dinero es en si improductivo
(estéril), claro que pasado algún tiempo y variados los intereses, el concepto
se suavizó al menos para los márgenes que indicaban fines netamente
comerciales.
Para
concluir podemos aseverar que el moralismo de Santo Tomas pudo en algún momento
entorpecer el ritmo del crecimiento y del mismo pensamiento económico, sin
embargo hizo gala de una interesante cualidad para el planteamiento de los
temas de una manera abstracta.
LA ECONOMÍA NEOCLÁSICA:
Factores que influyeron en la aparición de la llamada segunda Revolución Industrial:
La aplicación de la química a los
procesos industriales, el avance en los transportes -generalización de la
navegación a vapor y los ferrocarriles- la aparición de la electricidad,
produjeron un salto tecnológico y productivo en el último tercio del siglo XIX
dando forma a lo que se ha denominado como Segunda Revolución Industrial.
Diferencia del pensamiento clásico y
neoclásico:
Una primera diferencia tiene que ver con quien se considera protagonista de la
economía.
Neoclásicos: el sujeto.
Clásicos: agregados sociales como la
nación, la clase social.
Segunda diferencia se establece en
relación a la teoría del valor. Para los economistas neoclásicos la realidad
económica, más allá de su complejidad, puede reducirse a una red de
transacciones comerciales en el mercado. Los fenómenos a explicar son la
oferta, la demanda y el precio, por lo tanto un problema a resolver es el
proceso de la formación de precios.
En el pensamiento clásico, la
formación de precios en un mercado remitía a algo previo, el valor, que se
derivaba de una determinada concepción de la sociedad y la conducta humana. El
valor de las mercancías se establecía antes que estas llegaran al mercado, en
el proceso de producción.
Para los neoclásicos las mercancías
arriban al mercado sin un valor establecido de antemano, que debe definirse en
el mercado, pero más allá de los precios que se establezcan debido a las
fluctuaciones del mercado, centran su eje investigativo no a las conductas
sociales sino a los individuos, pues les interesa saber cómo funciona la mente
de los individuos. En relación con sus comportamientos en los mercados.
Las leyes de la conducta humana según
Gossen:
Gossen partiendo del supuesto de que
el objeto de toda la conducta humana es lograr el máximo de goce o placer
define dos leyes del goce o placer:
1º Ley de Gossen: La cantidad de uno y
el mismo goce disminuyen constantemente a medida que experimentamos dicho goce
sin interrupción, hasta que llegue a la saciedad. Esta ley se trata de
ejemplificar con el placer que produce el primer bocado de alimento, cuánto el
segundo, el tercero y así sucesivamente
2º Ley de Gossen: Para obtener la
cantidad máxima de goce, un individuo que puede elegir entre muchos pero no
dispone de tiempo suficiente para procurárselos todos plenamente, está
obligado, a procurárselos todos parcialmente, Gossen muestra entonces que es
imposible obtener todo el placer posible satisfaciendo todas las necesidades.
La primera generación neoclásica: Sus principales
protagonistas fueron Willam Jevons, Carl Menger y León Walras.
Jevons compara la Economía a la
“ciencia de la mecánica”, enunciando además un principio compartido por el
conjunto del pensamiento neoclásico: las leyes económicas tienen que tener un
carácter general y ser capaces de expresarse en modelos matemáticos, tal como
las leyes de la física, y estos principios deben derivar de los grandes
resortes de la acción humana: los sentimientos de placer y dolor.
En relación al valor afirma que
depende por entero de la utilidad que una mercancía le brinde al individuo, esta
utilidad es por lo tanto subjetiva. No depende de una cualidad intrínseca de un
bien, sino de la percepción que cada individuo tenga de él.
Carl Menger sitúa al individuo en el
centro de su método. Para entender las conductas económicas de una sociedad
requiere llegar a su elemento básico, el individuo. Define a la economía como
la ciencia de la escasez, entendiendo que a la economía le van a interesar los
bienes que sean escasos, aquellos que son ilimitados no representan un problema
económico. Según su concepción en el comercio todos pueden ganar y de que el
intercambio es una actividad útil donde al final los que participan en él
obtienen más utilidades que las que poseían previamente.
León Walras establece una demostración
matemática, por medio de un sistema de ecuaciones múltiples, de que el mercado
-la afirmación clásica- es el mejor asignador de los recursos. En un mercado
donde rija la libre competencia se logrará el equilibrio cuando se igualen la
oferta y la demanda.
La segunda generación neoclásica: En la segunda generación
neoclásica aparecen economistas como Alfred Marshall, que sostuvo que “la
economía no constituye un cuerpo de verdades, sino una máquina para el
descubrimiento de la verdad concreta”.
Otros exponentes del pensamiento neoclásicos:
Friedich Von Hayek, Milton Friedman, Lionel Robbins.
John Maynard
Keynes: Un
economista Inglés que durante la primera guerra mundial trabajó como asesor de
la Tesorería en cuestiones monetarias y financieras y al finalizar esta misión
participó como delegado británico en la conferencia de Paz de Versalles. Se
opuso a la exhorbitantes penalidades impuestas a Alemania y previó el
ahogamiento que haría posible el resurgimiento del militarismo germano y un
peligroso proceso inflacionario en la economía internacional. En su obra
“Teoría General del interés, la ocupación y el dinero” publicada en 1936, rompe
definitivamente con la ortodoxia neoclásica, iniciando una nueva época para la
teoría y la política económica.
PENSAMIENTO CEPALINO
La
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) es el organismo
dependiente de la Organización de las Naciones Unidas responsable de promover
el desarrollo económico y social de la región. Sus labores se concentran en el
campo de la investigación económica.
Organización
La
sede de la Comisión se encuentra en Santiago de Chile que coordina dos sedes
subregionales: una para América Central, con sede en la Ciudad de México
(creada en 1951) por algunos destacados economistas como Ifigenia Martínez, y
la otra para los países del Caribe, situada en Puerto España (Trinidad y
Tobago) (1966). Tiene oficinas nacionales en Bogotá (1952), Montevideo (1960),
Brasilia (1968), Buenos Aires (1974), y una oficina de enlace en la ciudad
Washington D.C.1950
Historia
El
Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC) creó el 25 de
febrero de 1948, por resolución 106 (VI), cinco comisiones económicas
regionales con el objetivo de ayudar y colaborar con los gobiernos de la zona
en la investigación y análisis de los temas económicos regionales y nacionales.
Las áreas de trabajo escogidas fueron Europa, África, la región Asia-Pacífico,
el Medio Oriente y América Latina, siendo ésta última la más reconocida. Así
nacería la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), cuya sede fue
establecida en Santiago de Chile. Al año siguiente asumía como secretario
ejecutivo de la CEPAL, el economista argentino Raúl Prebisch, reconocido por su
libro El desarrollo económico de América Latina y algunos de sus principales
problemas y principal promotor de dicha Comisión en México, quien junto a la
destacada economista mexicana, Ifigenia Martínez participan activamente en su
fundación . Otros economistas de la organización propusieron una serie de
reformas económicas a los países de la región, como la reforma agraria, que
serían fuente de inspiración para diversos gobiernos, como los de Eduardo Frei
Montalva y Salvador Allende en Chile.1 El edificio de la CEPAL en Santiago fue
inaugurado el 29 de agosto de 1966. El 27 de julio de 1984 su campo de acción
fue ampliado para cubrir la zona del Caribe, y así cambia su nombre a Comisión
Económica para América Latina y el Caribe.
Pensamiento Cepalino
El
punto de partida para entender la contribución de la CEPAL a la historia de las
ideas económicas debe ser el reconocimiento de que se trata de un cuerpo
analítico específico aplicable a condiciones históricas propias de la periferia
latinoamericana. Tal vez sea por eso que cuando se busca el pensamiento
cepalino en los principales compendios de historia de la teoría económica son
escasas las referencias, circunscritas cuando mucho a la tesis del deterioro de
los términos del intercambio y a la tesis estructuralista de la inflación. Esa
ausencia lleva a veces a desconocer la fuerza explicativa de ese cuerpo
analítico, que deriva de un fértil cruce entre un método esencialmente
histórico e inductivo, por un lado, y una referencia abstracto-teórica propia
-la teoría estructuralista del subdesarrollo periférico latinoamericano-, por
el otro.
El
pensamiento de la CEPAL ha sido dinámico, siguiendo los inmensos cambios de la
realidad económica, social y política, regional y mundial. Desde sus primeros
años desarrolló un método analítico propio y un énfasis temático que, con
algunas variantes, se ha mantenido hasta nuestros días.
Los
países del centro donde apareció primero la ciencia económica se convirtieron
en exportadores de un producto particular, el experto económico extranjero,
firmemente convencido de que gracias a sus conocimientos de la ciencia económica
podía explicar la problemática económica y aportar las soluciones correctas en
cualquier país del mundo, y con más razón en los subdesarrollados. Frente a la
arrogancia del experto extranjero se encuentra la actitud de sumisión y de
autodesprecio de muchos de los economistas del mundo subdesarrollado, quienes
lo esperan con ansiedad, convencidos de que sus consejos serán una medicina
mágica que resolverá todos sus problemas.
Contra ese estado de cosas, a finales de los años cuarenta reaccionó un
grupo de economistas latinoamericanos (Raúl Prebisch, Celso Furtado, Juan F.
Noyola, Aníbal Pinto, Jorge Ahumada, Osvaldo Sunkel, entre otros), agrupados en
torno a la recién creada Comisión Económica para América Latina, cepal. Ellos
conformaron lo que Furtado denominaría después la orden cepalina del
desarrollo, cuya misión principal era la de tratar de liberarse de ideas ajenas
para dejar de explicar, por analogía con las economías del centro, la
problemática de la periferia.En pocas palabras, se trataba de que por primera
vez en la historia del pensamiento económico, como señaló Furtado, los
economistas del centro no tuvieran el monopolio de la explicación del mundo.
Los historiadores identifican cinco etapas en la obra de
la CEPAL:
• Orígenes y años cincuenta:
industrialización por sustitución de importaciones;
• Años sesenta: reformas para
desobstruir la industrialización;
• Años setenta: reorientación de los
"estilos " de desarrollo hacia la homogeneización social y hacia la
diversificación pro exportadora;
• Años ochenta: superación del problema
del endeudamiento externo mediante el "ajuste con crecimiento";
• Años noventa: transformación
productiva con equidad.
Los énfasis temáticos de la Comisión son esencialmente
tres:
• El papel central que desempeña la
modalidad específica de la inserción internacional de nuestras economías, es
decir, su estructura de especialización y la dependencia de flujos inestables
de capital.
• La transmisión del cambio tecnológico
desde los países que generan conocimiento hacia los nuestros, cuyas
imperfecciones generan dinámicas que no facilitan la convergencia en los
niveles de desarrollo en ausencia de intervención estatal.
• La equidad y su relación con el
proceso global de desarrollo, ya que tanto la forma como las estructuras
productivas y de propiedad condicionan la distribución de los frutos del
desarrollo y como ésta última afecta la estructura y dinámica económicas.
MONETARISTAS Y NEOLIBERALES
El
monetarismo
El
monetarismo es la rama o vertiente del pensamiento económico que se ocupa de
los efectos del dinero sobre la economía en general. Aún cuando no constituye
una escuela del pensamiento económico como tal sino más bien una tendencia, ha
ejercido una gran influencia sobre numerosos economistas y, de hecho, hay una
escuela de pensamiento económico — la Escuela de Economía de Chicago — que
generalmente es percibida como "monetarista", al punto que, en el
presente, cuando se usa el término “monetaristas” - especialmente por los no
especialistas- generalmente se entiende esos monetaristas influidos por M
Friedman (o Escuela de Chicago).
La
situación (no necesariamente problemática) que impide llamar al monetarismo una
escuela es que, de hecho, existen por lo menos dos interpretaciones o modelos
económicos generales de la forma en que la oferta de dinero afecta a otras
variables, tales como los precios, la producción y el empleo. Estas dos
aproximaciones se pueden trazar, por un lado, a la obra de Knut Wicksell, y,
por el otro, a la de Irving Fisher. Adicionalmente, el monetarismo (o versiones
del mismo) se encuentran presente en la obra de autores que generalmente se
considera son representantes de otras escuelas. Dado que todos los economistas
tienen por lo menos alguna versión del como el dinero afecta las variables
económicas, todos podrían ser denominados "monetaristas". Desde este
punto de vista parece más apropiado reservar el término monetaristas para
aquellos autores cuyo trabajo o influencia se centra en aspectos monetarios.
Los
monetaristas en general aceptan la idea de que la política monetaria puede, por
lo menos, tener efectos a corto plazo sobre la producción (incrementándola) y
los precios a un plazo más largo (aumentándolos). Por otra parte, si los
monetaristas se limitaran a afirmar que existe una relación proporcional entre
la oferta monetaria y el nivel general de precios a largo plazo, la mayoría de
los economistas aceptarían esta idea, siempre que el periodo a largo plazo sea
lo bastante prolongado y otras variables —como el tipo de instituciones
financieras existentes— se mantuvieran constantes. Consecuentemente el
monetarismo ha sido definido como "la tendencia que enfatiza el papel del
gobierno en controlar la cantidad del circulante. Es la visión en la economía
monetaria que variaciones en la oferta monetaria tienen gran influencia en el
producto nacional en el corto plazo y sobre el nivel de precios en el largo y
que los objetivos de la política monetaria se obtienen mejor a través del
control de la oferta monetaria."
Neoliberalismo
El
término neoliberalismo es un neologismo que hace referencia a una política
económica con énfasis tecnocrático y macroeconómico que pretende reducir al
mínimo la intervención estatal en materia económica y social, defendiendo el
libre mercado capitalista como mejor garante del equilibrio institucional y el
crecimiento económico de un país, salvo ante la presencia de los denominados
fallos del mercado.
1, Suele
considerarse, erróneamente, como una reaparición del liberalismo decimonónico.
Sin embargo, al contrario de éste, no rechaza totalmente el intervencionismo
estatal y además guarda una ambigüedad ideológica, respondiendo más a su base
teórica-técnica neoclásica.2 Siendo una propuesta macroeconómica tiende a ser
neutral con respecto a las libertades civiles.
Se
usa con el fin de agrupar un conjunto de ideologías y teorías económicas que
promueven el fortalecimiento de la economía nacional (macroeconomía) y su
entrada en el proceso globalizador a través de incentivos empresariales que,
según sus críticos, es susceptible de conducirse en beneficio de intereses
políticos más que a la economía de mercado propiamente dicha.3 4
Muchos
economistas cuestionan el término neoliberalismo porque no corresponde a
ninguna escuela bien definida, ni siquiera a un modo especial de describir o
interpretar las actividades económicas (aunque probablemente sí de
explicarlas). Se trata de un término más bien político o ideológico,
frecuentemente usado por los medios de comunicación y por algunos
intelectuales.
Características
del Neoliberalismo Economico
Según
el escritor venezolano Fernando Salas Falcón:
•
Defienden un mercado altamente competitivo.
•
Aceptan la intervención del Estado en la economía, como árbitro o promovedor de
la libre competencia.
• Se
oponen al acaparamiento y a la especulación.
• Se
oponen a la formación de monopolios y oligopolios
• Se
oponen a la fijación compulsiva de salarios por el Estado.
•
Rechazan la regulación de precios por el Estado, ya que deben fijarse en base a
la relación oferta/demanda.
• Se
oponen a la creación compulsiva de empleo.
• Se
oponen al gasto público burocrático.
•
Defienden el libre comercio internacional.
•
Defienden la libertad de contratación del trabajo y la libre movilidad de los
factores de producción.
A finales
de los años 70, estas teorías ganaron amplia popularidad en el mundo académico
y político por dar respuesta al fracaso del keynesianismo en la gestión de la
crisis de 1973. Las ideas keynesianas sugerían una relación inversa entre
inflación y empleo, tal como sugiere la curva de Phillips. Sin embargo Milton
Friedman había señalado que esa relación no era necesaria, como quedó
demostrado por el fenómeno de la estanflación. El nuevo escenario
estanflacionario desafiaba los postulados keynesianos, en esas circunstancias,
las ideas monetaristas revivieron audiencia y credibilidad, como consecuencia
se implementaron nuevas medidas antikeynesianas como simultanear acciones
antirrecesivas y antiinflacionarias. La crítica de los monetaristas tenía tres
vertientes:
1.
discutían el uso del aumento de la masa monetaria como instrumento para crear
demanda agregada, recomendando mantener fija dicha magnitud;
2.
desaconsejaban el uso de la política fiscal, especialmente el uso del constante
déficit presupuestario, poniendo en duda el multiplicador keynesiano; y
3.
recomendaban una reducción en los gastos del Estado como única forma práctica
de incrementar la demanda agregada.
La
mayor parte de los aportes teóricos fueron rápidamente aceptados poniendo fin a
la predominancia que el keynesianismo tenía en la mayoría de las escuelas de
pensamiento económico desde los años 30. Tanto Margaret Thatcher como la
administración de Reagan pusieron en práctica estas teorías con resultados desiguales.
En el Reino Unido, se realizó una fuerte reducción en el tamaño del sector
público que, si bien tuvo consecuencias negativas en el corto plazo en el
terreno social, reactivó la economía y dio un gran dinamismo al sector
productivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario